Corrientes: ambientalistas exigen la clausura de arrocera

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A la preocupación de los pobladores del paraje Gallo Sapucay por el cerramiento de tierras y la construcción de un terraplén, se sumó una denuncia de Guardianes del Iberá por la existencia de un nuevo emprendimiento en la Reserva Iberá. Serían más de 400 hectáreas sembradas en una zona de bañados.

 
Luego del accionar del Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (Icaa), que intimó a la empresa responsable de la construcción de dos terraplenes en la Reserva Provincial Iberá -en una zona del departamento Concepción-, a cesar las obras en un plazo de 48 horas, la organización ecologista Guardianes del Iberá sumó una nueva denuncia por la existencia de una arrocera de más de 400 hectáreas.
 
Explicaron en un comunicado que por una resolución judicial de 2009, se suspendió ‘toda autorización de obras y de permisos de extracción de agua de los Esteros del Iberá para nuevos emprendimientos arroceros hasta tanto se tenga los resultados de la evaluación de impacto ambiental acumulativo’.
 
Por ello, Guardianes del Iberá exige que el Icaa ordene también el cese de la actividad arrocera y proceda a su clausura inmediata. Sostienen que el Gobierno provincial debe instrumentar un plan de protección real de la Reserva Iberá, que la salvaguarde de los atropellos de propietarios privados que operan al margen de la ley.
‘Lamentablemente mientras el Icaa reconoce su poder de policía para intervenir en estos casos, omite intervenir frenando la también ilegal arrocera que linda con el nuevo terraplén’, expresaron en la misiva.
 
Consideran los ecologistas que la nueva obra hidráulica (de los terraplenes), sólo es una parte de una mega intervención que se está produciendo en las nacientes del río Corriente, allí donde toda la cuenca de los Esteros del Iberá drena formando lentamente el río Corriente.
 
Comentaron que en un sobrevuelo realizado el 15 de octubre, les llamó la atención una nueva arrocera sobre la margen occidental del río Corriente y la presencia de máquinas retroexcavadoras. Todo ello fue confirmado por vecinos de Chavarría miembros del Grupo Ecologista Mbareté y precisaron que la actividad se lleva adelante en la estancia Yataí Corá. Al mismo tiempo los pobladores del paraje Gallo Sapucay daban a conocer su preocupación por la venta de las tierras que ancestralmente ocupan y el comienzo de las obras del terraplén.
 
La obra en cuestión movilizó a los pobladores del paraje, luego de que las tierras que ocupan fueran vendidas a un nuevo empresario, comenzaron a llegar postes para alambrados y maquinaria vial, como ya ocurriera en el paraje Yahaveré, años atrás.
 
Los ambientalistas aclararon que se trata de dos firmas distintas las que estarían involucradas, a una le adjudican la actividad arrocera y a la otra la construcción de los terraplenes. 
Afirmaron que ‘la arrocera de más de 400 hectáreas sembrada en los bañados, no sólo se encuentra dentro de la Reserva Iberá y está fuera de la ley por no realizar, entre otras cosas, el proceso de audiencia pública, sino que inclusive un fallo firme de la Justicia Correntina prohibe la instalación de nuevas arroceras dentro de la Reserva Iberá’.
 
Para Emilio Spataro, referente de la Organización Ecologista Guardianes del Iberá, ‘no es posible que luego de siete años aún no se cumpla el fallo de la justicia de demoler el terraplén en Yahaveré y encima aparezcan nuevos terraplenes’. 
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